Por: César Zelada
Un primer elemento de balance de estas elecciones es la derrota arrasadora del APRA. Aún cuando obtuvo el 12% de votos, la región de La Libertad la conserva a las justas (APP denunció Fraude). Aquí vemos como la teoría de la relatividad se aplica en su máxima expresión. Hace 25 años atrás, el APRA, barría en las regiones del norte. Haya de la Torre nació en Trujillo. Fue en esta ciudad, donde las bases apristas impulsaron la insurrección contra Odrìa, que terminó en una masacre de miles, creando una historia mística aprista. Este era su sólido norte. Ahora, no es más que un recuerdo nostálgico. Pero en la perspectiva se puede recuperar si las fuerzas de centro o de izquierda fracasan en su gestión política. “Es una derrota del APRA que va a agudizar los conflictos internos porque hay una directa responsabilidad de García en lo sucedido”, declaró el historiador Nelson Manrique. Esto expresa el rechazo a la política neoliberal y corrupta del gobierno aprista.
El segundo factor es la derrota del fujimorismo como alternativa nacional y especialmente en Lima. Esto debido a la tacha a Kouri y a la falta de propuestas de Fernando Altuve. Según la ONPE, en algunos distritos, ganaron variantes del fujimorismo con Siempre Unidos (Comas, Los Olivos, Puente Piedra, Santa Anita) y Cambio Radical (Barranco, San Juan de Miraflores, San Luis, San Miguel), manifestando que todavía son una fuerza política, pero sin condiciones para ganar ni Lima ni la presidencial.
El tercer elemento es la vigencia de agrupaciones “independientes” en cerca de 16 regiones del país (Amazonas, Piura, Tumbes, Lambayeque, Loreto, Puno, Huancavelica, etc.). Esto se debe al fracaso de los partidos políticos como canalizadores de las demandas populares.
Luego, tenemos la victoria de candidaturas de izquierda y nacionalistas en 6 regiones como el de Vladimir Cerrón, por Perú Libre, en Junín, y la Gran Alianza Nacionalista, dirigida por Coco Acurio, en Cusco. De igual modo, en Arequipa, la Alianza por Arequipa (donde participan nacionalistas), con Manuel Guillen como nuevo presidente regional, entre otros.
En nuestro documento de análisis anterior a las elecciones titulado “3 de octubre: un nuevo mapa político a la izquierda”, señalamos que, “…Hay que resaltar que aún si no ganara Lourdes la municipalidad de Lima, lo más probable es que siga gestionando los municipios de San Martin de Porres (con Fredy Ternero), San Juan de Lurigancho, entre otros. Perú Posible también podría dar la sorpresa con algún municipio. De igual modo, Chim Pum Callao en la región del Callao seguirá manteniendo el poder político por las características peculiares del Callao…”. Y el PPC ganó 13 distritos y Perú Posible ganó los distritos de VES y VMT.
Y en efecto, el desarrollo de los acontecimientos nos ha dado la razón. Esto no sucede porque seamos genios sino por el uso del materialismo dialéctico (el manejo de las contradicciones inherentes al movimiento).
Lo que si no previmos fue la derrota del nacionalismo en Puno. Pero, ¿representa Luque un voto por la derecha? “Luque ni Rodríguez tienen una posición clara frente algunos temas neurálgicos en Puno, la minería informal, la represa de Inambari y el contrabando, por señalar tres que son ineludible en ese departamento”, declaró Eduardo Ballón, del grupo Propuesta Ciudadana. Y esto es verdad. Al parecer, la fractura interna del nacionalismo, así como la falta de diferenciación programática del PDR y la soberbia de Quintanilla, coadyuvaron para su derrota política.
No obstante, a pesar de esto el balance es positivo. Esto se manifiesta en la victoria de la Confluencia entre Fuerza Social, MNI, TYL, y LPT. En esta campaña hemos podido observar cómo a pesar de una guerra sucia despiadada contra Susana; ésta, debido a sus cualidades, salir a la ofensiva (respecto al puño), y la UNIDAD de las fuerzas de IZQUIERDA para el CAMBIO, alcanzó la victoria. Es un fenómeno que no se veía hace más de 20 años.
¿Qué clase es el voto por Susana? Si observamos detenidamente el movimiento y sus contradicciones, podremos ver que el voto por Susana es más un VOTO CIUDADANO Y PRESTADO (sin estructura orgánica). Esto explica porque sus candidatos distritales no ganaron ningún distrito a pesar de contar con las izquierdas de su lado.
Lo interesante es que el voto por Susana manifiesta un cambio en la conciencia de los ciudadanos trabajadores y jóvenes de Lima. Se perdió el Miedo a ser de izquierda. Es un voto además por las propuestas que si bien no son ideologizadas (por el carácter defensista y socialdemócrata de Susana), si planteaban un cambio a la izquierda, en la forma de gestionar Lima con el planteamiento de Auditorías, cabildos abiertos, wawawasis para los hijos de los trabajadores del mercado, subvenciones para las juntas vecinales, etc. Es un voto por una gestión más transparente y eficiente.
La victoria de FS en Lima prepara mejores condiciones para la victoria de las fuerzas del cambio. Pero contradictoriamente complican la perspectiva para Ollanta y el PNP ya que lo más probables es que tengamos a un contrincante de izquierda a nuestro lado como ya Susana lo ha mencionado en varias oportunidades. Es más, es la Izquierda Moderna que muchos periodistas de centro e intelectuales como Mario Vargas Llosa apoyarán.
Finalmente, como señala el intelectual Nelson Manrique, “…Me temo que el proceso de fragmentación de la política peruana continúa…”.
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