Por César Zelada
Las elecciones del 13 de diciembre en tierra mapochina marcarán un hito en la historia política chilena. Esto lo decimos porque, la candidatura independiente del ex diputado por el Partido Socialista (PS), Marco Enríquez-Ominami, que rompió con el PS porque impusieron a Frei desde las “alturas”, ha alcanzado el 20% de los votos. La coalición encarnada en la Concertación (alianza entre el PS, PC y la Democracia Cristiana), se ha resquebrajado. Pero, ¿Cómo sucedió esto?
Durante todos estos años de gobierno de la Concertación, y con el chantaje de “evitar el regreso del pinochetismo”, el ala derecha de la misma, impuso políticas contra los intereses de los trabajadores. Hay que recordar que la Democracia Cristiana (DC), apoyó la dictadura de Pinochet y recién cuando estaba cayéndose se desmarcó. Así las cosas, la táctica de la Concertación fue utilizar al PS para frenar la lucha de clases. El PC, lamentablemente, no pudo ofrecer una alternativa para los trabajadores, y terminó, en la práctica, conciliado con la DC y la derecha chilena.
Además, hay que señalar claramente que el “milagro chileno” solo fue posible por el apoyo del imperialismo británico-yanqui, y a través de la superexplotaciòn de la mano de obra barata (contratas), y una política antisindical. A esto hay que sumar que la economía ha ingresado a una recesión. Es por esto que el 20% más rico de la población ingresa el 58% de la renta nacional, mientras que el 20% más pobre apenas ingresa el 5%. Se estima que 3 millones de chilenos (el 18% de la población) sobreviven con $160 al mes, y un millón están desocupados (según la CEPAL, en 2008 hubo una caída real del poder adquisitivo en los salarios por primera vez en 9 años).
Por otro lado, hay que señalar que desde el golpismo de Pinochet, la participación del Estado en la minería del cobre se ha reducido (CODELCO sólo extrae el 26,4% de la producción nacional), quedando en manos de las transnacionales. A esto hay que agregar la privatización de la seguridad social con las AFPs, y de la educación universitaria donde los estudiantes reciben créditos que tienen que pagar durante décadas (y algunos tienen que pagar $300 mensuales cuando el salario mínimo es de $600 aproximadamente).
Esta situación es la que ha generado importantes protestas en los últimos años como la de los estudiantes “pingüinos” por la defensa del pasaje estudiantil, las comunidades originarias como los Mapuche por el derecho a su cultura (hay varios presos y muertos), los docentes contra la municipalización de la educación, y los mineros contratados por derechos laborales, entre otros.
Entonces, es esta bronca acumulada durante años contra el bipartidismo sistémico, que ahora se canaliza a través del liderazgo del cineasta Marco Enríquez, quién además hereda el legado místico de su padre Miguel Enríquez (fundador del MIR y asesinado por Pinochet). Si bien s cierto Marco un discurso “demagógico” cuando dice que admira a Chávez que acabó con el analfabetismo pero rechaza al Chávez que nacionaliza bancos, también se ha pronunciado por el derecho al aborto, de aumentar la inversión pública en educación y salud, y de subir los impuestos a las transnacionales (http://web.marco2010.cl/).
Así las cosas, el candidato derechista Piñera, que bordea el 43% de los votos y uno de los empresarios más ricos de Chile (dueño de LAN, la cadena de TV Chilevisión, etc.), no la tiene tan fácil. Lo que si está claro es que habrá un ballotage. Si al final se impone la derecha y derrotara a Frei, que bordea el 25% de votos, el descrédito de la DC será tal que plantearía la ruptura de la Concertación. Y si Frei (que está capitalizando la muerte de su padre por la dictadura) no pasa al ballotage, sino Marco, pues igual la ruptura de la Concertación está planteada.
“Hoy el electorado de la Concertación está claramente dividido (…) está al menos en dos candidaturas distintas”, redactó el diario El Mercurio (29-11-09)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
deje ud su comentario